Pipo
Pipo
Mar Suárez y Santi
Pipo es un perrillo que llegó a nuestra casa hace ya 1 año con algunos extras, es decir, con mucho miedo y mucha desconfianza sobre todo con los demás perros. A parte de eso y después de unos meses de convivencia fuimos descubriendo que se estaba haciendo con nosotros y cada vez nos costaba más corregir su conducta, por lo que para ello solicitamos ayuda al Centro Canino Malilupus.
El principal problema que todavía estamos intentado corregirle reside en la reacción que adopta cuando se cruza con otro perro, ya sea de mayor o menor tamaño, aunque gracias a las clases recibidas ahora sabemos qué postura debemos adoptar para evitar esa situación.
Además también tuvimos problemas a la hora de acercarnos a él cuando tiene la comida en su comedero, se ponía encima del plato y no nos dejaba acercarnos.
A la hora de llevarlo en coche, se excitaba mucho y no paraba de ladrar y morder los asientos cuando entraba en el coche aunque durante el viaje iba tranquilo. Ahora hemos conseguido que suba tranquilo y no haga nada de eso.
Otro de los problemas que más nos está costando todavía es que se tranquilice cuando suena el timbre de casa, algo que seguimos trabajando día a día sin perder la esperanza.
Y finalmente, queremos destacar un detalle que el profesor de las clases, Luis Olmos, nos hizo mucho hincapié en que era algo imprescindible cuando nosotros no le estábamos dando la importancia que tenia, era la hora del juego en el parque con un juguete. Pipo nunca nos había devuelto el juguete cuando se lo lanzábamos y eso era algo a lo que nosotros le habíamos restado importancia hasta que empezamos las clases y nos dimos cuenta de lo equivocados que estábamos.
Las clases nos ayudaron a saber como reaccionar cuando él reacciona mal, y ahora, cuando reacciona incorrectamente nos cuesta muchísimo menos tranquilizarle, y sobre todo, conseguimos detectar cuando se va a alterar, y corregirle antes de que lo haga.
En el parque todo el mundo nos dice que ha cambiado muchísimo, ya no se pone nervioso con la mayoría de los perros, e incluso deja a muchas personas acercarse a acariciarle, algo que era impensable antes de las clases, pues se escondía detrás nuestra.
Aunque aún nos queda trabajo, sólo ver que va progresando ya nos anima a seguir, pues antes de las clases estábamos un poco estancados.